¿Quién tiene la culpa?:
de este mirador sin buenas vistas,
de las espinas tejiendo lazos,
de estas calles desiertas de abrazos,
de la ciudad vacía de esquinas
donde escondernos como refugiados
Ya nadie nos exculpa
El hogar expone las heridas.
Se relamen a pasos suaves los gatos.
La luz de farolas se enciende a ratos.
Las vecinas casas derruidas,
cantan con el sabor de los fracaso.
¿Quién carga ahora?:
con la seductora cama sola,
con los inquietos secretos de alcoba,
con los buenos tiempos sin proyección,
con la independiente y absurda paz interior,
que evidencia el final de nuestro ahora.
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